El riesgo de leishmaniosis es el mismo para perros macho que para hembras, pero algunas razas como el Bóxer, Cocker spaniel, Rottweiler o el Pastor alemán parecen ser más susceptibles a enfermar.
Los síntomas de leishmaniosis canina no siempre son evidentes, pero pueden ser motivos externos de alarma la fiebre, caída del pelo (sobre todo alrededor del ojo), pérdida de peso, úlceras de piel y crecimiento anormal de las uñas.
Hasta ahora la única posibilidad de actuar contra la leishmaniosis era la prevención frente a la picadura del insecto, bien reduciendo la presencia de nuestro perro en los hábitats donde son más comunes y en las horas de más actividad (del amanecer al atardecer), lo cual resulta bastante difícil, bien mediante el uso de insecticidas y repelentes. Ahora además existe una vacuna, que se puede aplicar de forma anual, con lo que se abre el abanico de métodos de prevención de la transmisión del parásito.Pueden vacunarse todos los perros de más de seis meses que no tengan enfermedades infecciosas, incluyendo la propia leishmaniosis. Como en casi todas las vacunas, el sistema inmune necesita recordatorios regulares. El programa completo de vacunación, incluyendo una revacunación anual, asegura que tu perro mantendrá las defensas internas contra esta enfermedad de forma prolongada. No hay una época concreta para la vacunación de tu perro contra la leishmaniosis canina.
Teniendo en cuenta que en nuestra zona la enfermedad es endémica, lo mejor es vacunar a tu perro lo antes posible. No dudéis en preguntarnos si queréis alguna información más específica sobre este tema. Estaremos encantados de informaros.